No se sabe qué hay que hacer para cambiar la situación, a pesar de que tantas veces hemos escrito sobre el poder y la arrogancia. Es un mensaje reiterado a los funcionarios públicos, para recordarles que son servidores del pueblo, recomendarles que no atiendan a la gente como si ellos fueran los importantes, es el público el importante porque son los usuarios quienes, con el pago de los impuestos, garantizan sus salarios.
Sin embargo, continúa rondando la arrogancia del poder. Los funcionarios públicos no cumplen citas pactadas y tratan con indiferencia a los bonaverenses. ¿Cómo superar esto que se repite administración tras administración?
Aquí no podemos seguir siendo condescendientes con ese tipo de comportamientos de los funcionarios públicos. En el caso de los medios de comunicación, ni siquiera es fácil el acceso a ciertos secretarios para solicitar una información, verificar un dato, agendar una entrevista. Siempre la respuesta son largas al asunto. Que la otra semana, que vamos a ver, que el funcionario viajó, que está en reunión… y cuando por fin se pacta una entrevista o una reunión, no se cumple la cita. A veces pareciera más fácil entrevistar a Dios que charlar con algún funcionario de la Alcaldía.
Lo mismo sucede con el Concejo, la Secretaría de Tránsito, la Secretaría de Salud, el EPA, y otras entidades que mencionaremos en otra oportunidad.
Es indignante que traten de esta manera a los bonaverenses. Si así tratan a un reportero, al director de un medio informativo, ¿Cómo será al ciudadano de a pie? Sería pertinente hacer un sondeo sobre el trato que reciben los bonaverenses, con nombres propios de los funcionarios arrogantes e indiferentes con las necesidades del pueblo.
En fin: necesitamos con urgencia encontrar funcionarios comprometidos con la ciudadanía, no solo con los amigos y los conocidos. Hagamos un alto en el camino, por favor, para que se trate bien al ciudadano, sea quien sea, y pueda realizar de manera eficaz y a tiempo los trámites que requiere.
Esperemos pues que esto pueda mejorarse por el bien del pueblo de Buenaventura y para bien de los funcionarios que guían a la población.
Así nació Pacífico Siglo XXI
Todo empezó en la mañana del 21 de abril de 1990. El País de Cali cumplía 40 año
Y yo trabajaba en el departamento comercial. Allí vendíamos la publicidad del periódico y a la vez hacíamos información, sobre todo en mi caso, que viajaba a los sectores rurales más recónditos del Pacífico para elaborar separatas.
Con motivo del aniversario 40 del diario, venía el presidente de Colombia y una comitiva de Bogotá. Por eso fui a visitar la sede. También había una misa. Sin embargo, cuando llegué a la portería, no me dejaron pasar. A pesar de que yo trabajaba en la empresa, y era el mejor vendedor de publicidad, me cerraron las puertas. Pregunté las razones y los vigilantes me dijeron que ese día estaba reservado solo para “personajes especiales”. Ellos me conocían, sabían quién era, pero me explicaron que les habían dado esa orden.
Me dolió mucho porque en esos días el periódico estaba preparando una publicación que le iban a entregar al señor Presidente sobre el Pacífico colombiano, y yo era una de las personas que había aportado la información del Chocó y Buenaventura.
En todo caso esa mañana se afirmó en mí la idea que venía pensando hace rato: crear un periódico independiente donde la gente del Pacífico estuviera representada. Así comenzó a gestarse Pacífico Siglo XXI.
Yo renuncié a El País por ese episodio y me fui para El Espectador. Comencé a trabajar con ellos el 12 de octubre de 1991 y ya tenía el primer número de la separata Pacífico Siglo XXI que ellos decidieron publicar tras mi insistencia y resultados de publicidad.
Fue así como nació la separata, de 24 páginas, con información de todos los municipios del Chocó, Nariño, Cauca y por supuesto Buenaventura. Hasta la gran depresión económica de Colombia, los años 1996 y 1997, cuando El Espectador fue vendido.
Un año después, en 1998, hablé con el doctor Rodrigo Lloreda, quien me contrató para regresar a El País y manejarles el periódico Al día en Buenaventura. Sin embargo, cuando murió el doctor Rodrigo, retomé la idea de Pacífico Siglo XXI, ya no como una separata, sino como un periódico libre, independiente, como el que tenemos hoy. Esa, en resumen, es la historia de esta casa periodística.
Gracias a todos los lectores y anunciantes por su apoyo para mantener bien informada a la gente del Pacífico, algo fundamental en toda democracia. Gracias a los colaboradores, y a mi familia, que me han acompañado en este sueño hecho realidad llamado Pacífico Siglo XXI.
Noticias que ya no son noticias
Le decimos noticia a lo que ya no es noticia. Anunciar, por ejemplo, que en Colombia se incautaron 20 ó 50 toneladas de pasta de coca o de marihuana, ¿qué efecto tiene ante el público si esta información se escucha diariamente?; ¿quienes son los interesados en esta noticia, los consumidores y vendedores de droga y los militares en ascenso, el gobierno para ganar imagen con los gringos? Lo cierto que al público corriente ni le va, ni le viene, porque esto es parte del paisaje cotidiano.
Aún no se entiende cómo en muchos lugares del mundo están legalizando la marihuana mientras que en Colombia se siguen perdiendo vidas por su incautación.
Noticias como el asesinato de líderes sociales, las masacres, los feminicidios y violaciones, por otro lado, ‘pan de cada día’ en Colombia, pierden importancia porque casi nunca capturan a los culpables, luego se vuelven parte del paisaje.
Los culpables de los delitos en este país por lo regular son los mismos: las bandas criminales de siempre, las disidencias de las Farc, o los llamados “grupos narco terroristas del ELN, que habitan en Venezuela con el patrocinio del dictador Maduro”. Con esas declaraciones, políticos y algunos medios gobiernistas resuelven todos los casos, y el pueblo ya está tan acostumbrado a escuchar siempre la misma respuesta, que ya no es noticia.
Noticias como la protesta de los indígenas, los afro, los campesinos, paperos y los estudiantes, pidiendo que el gobierno los atienda, o las madres comunitarias, esas deberían ser buenas noticias si el gobierno les atendiera, pero como eso no ocurre, la noticia pierde su importancia y pasa a ser otro hecho cotidiano.
En el Pacífico muchos asuntos de importancia ya no son noticia. Por ejemplo, la queja diaria que tienen los usuarios sobre la falta de agua potable. Son tantos años exigiendo ese derecho fundamental, que ya no es noticia una nueva protesta al respecto.
Tampoco son noticia las movilizaciones de indígenas, extrabajadores del municipio, las platoneras, los taxistas, porque esto sucede mínimo 3 ó 4 veces al mes. Igualmente, tampoco es novedoso la mala atención de los funcionarios públicos, pues estos, con algunas excepciones, olvidan que son servidores y como dice la frase, están para servir al pueblo, que es el que paga su sueldo.
El negro y su historia: una mirada a la afrocolombianidad
El próximo 21 de mayo de 2021 se conmemora un año más de la abolición de la esclavitud en Colombia. Son 170 años desde entonces, pero, ¿cuántos negros en este país saben que el 21 de mayo es el día más emblemático de nuestro pueblo? ¿Un 5, 10 o 20% de la población? Lo más preocupante es que este 21 de mayo vamos a cumplir dos décadas de promulgada la Ley 725 para las comunidades negras y tampoco lo sabemos.
Ojalá no se repita la historia del Siglo XVIII. En 1851, cuando se abolió la esclavitud, 54 años después los negros no se daban por enterados que ya no eran esclavos. Y los esclavistas se aprovecharon de ello. Muchos esclavistas caucanos siguieron vendiendo negros al Perú y al Ecuador hasta 1905, y todo porque los negros no sabían que ya se había terminado la esclavitud. Claro que en aquel entonces no existía el teléfono, la radio, la televisión, mucho menos los celulares, ni el Internet.
Y si hipotéticamente existieran estos medios en la época, los negros no tendrían acceso a los mismos por su condición de esclavizados. Recordemos que en los días de la esclavitud era prohibido que un negro aprendiera a leer o a escribir. Si lo hacía, corría el riesgo de que le mocharan la mano. Si aprendía a leer, podría terminar ciego. Los negros, al ver ese trato tan cruel hacia sus compañeros, renunciaban a educarse.
Todo este contexto es para reconocer que en el Siglo XVIII los negros no contaban con las condiciones para liberarse de su condición de oprimidos. Hoy sin embargo muchas cosas han cambiado. El negro ya no es esclavo y tiene acceso a los medios de comunicación para informarse. Sin embargo, la mayoría siguen desinformados sobre los asuntos fundamentales para el progreso. Esperamos que este mensaje contribuya a crear conciencia acerca de ello.
Debemos recordar que el 21 de mayo de 2001, el presidente Andrés Pastrana firmó la Ley 725 que da el reconocimiento al 21 de mayo como el Día de la Afrocolombianidad, un reconocimiento al valioso aporte de esta etnia al país. La ONU, por su parte, declaró el decenio de los afrodescendientes entre 2015 y 2024.
La ley firmada por Pastrana dice entre otras cosas que cada municipio, distrito y departamento deben destinar de su presupuesto una partida equivalente al número de población afrodescendiente en su territorio para el desarrollo de esta etnia en planes de inversión que los beneficie en vivienda, salud, educación, generación de empleo, programas de desarrollo, deporte, cultura, arte, recreación y otros. Así que una buena manera de recordárselo a los gobernantes es sacando la bandera de Colombia este 21 de mayo, ubicándola en cada ventana o puerta, reafirmando así la identidad afro.
Los ‘come solitos’ o los ‘enbilletados’
En la costa Pacífica hay una expresión que utilizan sus habitantes para describir a aquellos amigos, conocidos y funcionarios públicos que no dan nada, no gastan nada y no contratan con nadie que no sea de los suyos. Les llaman ‘come solitos’. Esta clase de funcionarios son aquellos que siempre tienen una disculpa para todo y nunca tienen presupuesto para nada.
Cuando alguien del pueblo les pide apoyo para una causa social, o les ofrecen en venta un producto o servicio, por lo regular responden con el siguiente argumento: “aquí no hay presupuesto para eso, el presupuesto que dejó el anterior gobierno no alcanza ni para la papelería, tal vez usted no lo sabe pero la anterior administración dejó la olla raspada”.
Enseguida se despachan en contra de aquellos que se fueron y que por estar ausentes no pueden defenderse de todo cuanto se dice a sus espaldas.
Llámese jefe de área, director, secretarios de despacho, concejales, alcalde, diputados, representantes a la cámara, senadores, ministros o directores de instituciones descentralizadas, es común escuchar que se les llame entonces los ‘come solitos’. Pero lo mejor de la historia es que cuando se invierten los papeles, y son ellos los que requieren de la ayuda del pueblo, o de los medios de comunicación, prometen esta vida y la otra para que les den la mano, olvidando que son llamados ‘come solitos’.
En el Pacífico a estos personajes se les llama también los ‘enbilletados’. Nadie sabe cómo lo hacen, pero el billete lo consiguen porque lo consiguen. Han avanzado tanto, que ya tienen hasta ‘club de los enbilletados’ o ‘come solitos’. Generalmente se distinguen por el atuendo – usan ropa costosa y de última moda– buenas joyas, buenos carros, frecuentan los mejores hoteles y consumen el mejor menú en los restaurantes, prefieren las zonas de VIP y los mejores palcos.
En su vivienda siempre buscan estratos altos o construyen su propia casa a su manera, para que se refleje lo que son en ese momento. Alguien decía que aunque parezcan iguales en su andar, los ‘enbilletados’ se diferencian de los ‘come solitos’ porque generalmente envían a los hijos a estudiar a las mejores universidades nacionales o extranjeras, mientras que los ‘come solitos’ simplemente los envían a estudiar sin importar mucho la calidad de las academias.
La otra diferencia de los ‘enbilletados’ es que, algunos, tienen montada toda una estructura para asuntos no tan correctos con abogados, jueces, fiscales, fogoneros y periodistas, mientras los ‘come solitos’ no cuentan con ello. Lo cierto es que en este país salen cada día nuevas formas de delinquir con apariencias legales y uno se pregunta por el ejemplo que le estamos dejando a las generaciones que nos siguen.
Guías de aprendizaje en época de pandemia
La guía de aprendizaje es un documento diseñado por el docente para que el estudiante pueda organizar y planificar la evolución de su aprendizaje. Esta guía debe estar estructurada con orientaciones precisas, permitiendo al estudiante comprender su importancia y organizar sus tiempos y espacios para cumplir con las tareas propuestas.
La guía de aprendizaje debe responder a lo estipulado en el plan de estudios y debe promover estrategias pedagógicas innovadoras que privilegien el aprendizaje, la motivación, la adquisición de nuevos conocimientos, su práctica y aplicación, así como la utilización de otros recursos didácticos que faciliten la participación de la familia en la construcción del conocimiento. Entonces, los componentes de una guía de aprendizaje, en esta época de pandemia por el covid-19, son:
Encabezado: donde se establece para cada guía de aprendizaje el nombre del área o asignatura, grado, nombre del docente y número de contacto, hora y días de atención para padres y estudiantes, fecha de emisión de la guía, duración en horas del tiempo estimado para desarrollarla, fecha para el envió de actividades.
Instrucciones: donde se especifican las pautas requeridas para mayor claridad en el manejo de la información.
Propósito de la clase: es la aspiración que orienta el quehacer educativo y que expresan los objetivos que se quieren conseguir. Los propósitos permiten tener claro el dónde, para qué, el qué, el cómo del proceso pedagógico; el sentido y finalidad que se pretende alcanzar.
Indagación: es una estrategia de enseñanza en la cual se provee un espacio para que los estudiantes construyan su propio conocimiento, para ello el docente ambientará una temática mediante acciones previas como la presentación de situaciones a través de textos, imágenes, videos y otras actividades que motiven a los educandos a establecer una primera aproximación con el contenido.
Conceptualización: Adriana M. (2019) afirma que la conceptualización surge de los conocimientos generales que se poseen sobre diversos temas. Por tanto, la conceptualización implica el desarrollo, construcción y ordenación de ideas que han sido obtenidas a partir de la experiencia y de la comprensión de aquello que nos rodea. En ese sentido, al conceptualizar se refleja la habilidad de cada individuo para analizar, desarrollar y organizar coherentemente diversos conceptos.
Aplicación y evaluación: en la aplicación (el saber hacer), es necesario retomar el concepto de competencia, el cual se define como la capacidad, habilidad y destreza que desarrolla un estudiante en cuanto a cómo aplicar en el contexto los conocimientos adquiridos, permitiéndole de esta manera resolver situaciones diversas. La evaluación de otro lado es el mecanismo que permite conocer la evolución y alcance de los aprendizajes y de ser necesario, adoptar otras acciones alternativas de refuerzo para garantizar que se alcanzan los conocimientos pactados.
(@aldevelasco)
El adoptado
Por Leonard Rentería
Buenaventura ha dado a luz muchos hijos, casi 600 mil ya, hijos e hijas que han trabajado desde siempre para que esta tierra sea lo que es, hijos e hijas de todas las etnias, pero también ha tenido hijos adoptivos, aquellos que un día llegaron y abrazaron tan fuerte a su madre que pasaron a ser sus propios hijos.
Pero lo que menos pensó la madre Buenaventura, esa por donde se mueve el 60% de la carga de exportación y de importación y que termina dejándole de contraprestación el 80% a la nación y el 20% a la ciudad puerto, es que para 2018 alguien quisiera pasarle papeles para que le aceptará como su hijo adoptivo.
Seguramente conscientes de lo que significa jugar con los pobres, el presidente Duque y sus expertos en publicidad y estrategias políticas decidieron hacer campaña en el centro de la pobreza, allá donde esa pobreza se revuelve con la miseria y la falta de oportunidades que llevan a los jóvenes a ser parte de la violencia como víctimas y victimarios, y terminaron por escoger mi barrio, San Francisco de Asís, para hacer campaña.
Se metieron con toda a un barrio pobre y abandonado, el mismo que por estos días de violencia que ha vivido Buenaventura ha sido condenado a que sus habitantes tengan que dormir debajo de sus camas para esquivar las balas. Allá mismo en el 2018, en una gran carpa, el candidato en ese entonces y actual presidente terminó pidiendo a todo el barrio y a los bonaverenses que lo adoptarán, que él quería ser hijo adoptivo de Buenaventura.
Pero este hijo salió bastante ingrato, pues cuando su madre, el Distrito, lo llama a gritos, no es capaz de contestarle. Ese mismo hijo le prometió a su madre, a la madre Buenaventura, que gobernaría durante los 3 primeros días de su gobierno desde este lugar, pero como casi muchas de las cosas que ha dicho, quedaron en palabras y no ha sido capaz de dar la cara a tanta gente pobre que creyó que este joven de múltiples talentos y habili-dades para estar en distintos sectores del arte, la cultura y el deporte, sería un presidente del pueblo por haber sido el único que llegó a un barrio pobre y olvidado.
Pero como todo lo que brilla no es oro, este joven, el presidente más joven, no ha sido capaz ni de cumplir la propuesta más sencilla que era gobernar tres días desde este territorio, una propuesta que no requería de un solo peso de inversión.
Finalmente Buenaventura, esa que adoptó al hoy presidente, sigue en el olvido, sigue viviendo una realidad cargada de llanto, de dolor, de miedo y de zozobra mientras esperan que algún hijo adoptivo o propio sea capaz de sacarla de esta crisis a la que la han con-denado aún cuando da tanto a su propio país. Lo que da alegría es saber que acá los que decidieron adoptarlo fueron pocos, pues la mayoría de personas no cayeron en el cuento, lo único malo es que los presidentes los escogemos con la inmensa mayoría de votos sino otra sería la historia, otro sería el presidente.
Leonarddefrente.blogspot.com
Incertidumbres de una ciudad atrapada en la pobreza
A un grupo de estudiantes de la universidad les pedí que escribieran una palabra con la que creyeran, se identificaba la realidad de Buenaventura. De los 45 jóvenes entre los 17 y 22 años que hicieron el ejercicio, fueron brotando palabras muy dicientes y cargadas de sentido: ‘terror’, ‘conflicto’, ‘crítica’, entre otras.
Llama la atención que estando cada uno desde su casa, hubo tres palabras que empezaron a repetirse una y otra vez. ‘Violencia’, ‘inseguridad’ y ‘preocupación’. Los tres términos coincidentes describen la realidad actual del Distrito. Los jóvenes además tuvieron otros términos que reflejaban el dolor de ver pasar sus días sumergidos en una tristeza que los conduce al desinterés en torno a su visión de futuro. Según la Revista Semana, en nuestro territorio se dieron 33 combates urbanos en 33 días del año 2021. Esto arrojó 22 asesinatos en el mes de enero (Indepaz).
Según cifras de la Defensoría Regional del Pueblo, 170.500 personas están en riesgo. Además, más de 200 desplazadas, sin contar con el desplazamiento intraurbano que lleva a que las personas pernocten en casas de amigos o familiares y vuelvan a sus hogares al día siguiente. Las respuestas de los 45 jóvenes de la muestra selec-cionada es más que lógica. No se observa un futuro inmediato libre de los oscuros intereses, que son las corrientes profundas que mueven todo este bazar de violencia y deshumanización que acompaña los actos de barbarie propios de culturas primigenias. Se asiste a un teatro lleno de complejidades que muestra lo peor de la raza humana, en el escenario diario de una ciudad acostumbrada a la alegría y a sobreponerse hasta de sus verdugos más ladinos: los corruptos que se llevan los recursos que mejorarían la vida de tantas personas sumidas en la miseria.
No queda más que rezar y pedir a los orishas que escuchen el clamor de un pueblo que cada tanto se levanta en un grito contra sus verdugos exigiendo el principal derecho de un ser humano: el derecho a que se le respete la vida. ¿Pero qué podemos hacer frente a esta realidad? Indudablemente, mucho tiene que decir la crianza de los hijos que ha hecho que en muchos hogares se desdeñen los valores como la honestidad, la templanza y el respeto por los demás. Pero no es menos cierto que se requieren normas más fuertes para atender la corrupción, que condena a pueblos enteros a un futuro de precariedad. En pleno siglo XXI, no podemos normalizar que en ciertos lugares de Buenaventura se viva en peores condiciones que en algunas aldeas de África. Allí surgen los lobos solitarios que luego van a empuñar el arma contra todos.
Sobre los jefes de comunicaciones
Tenemos entendido que el papel de los jefes de comunicaciones en cualquier organización pública o privada es el de mantener a la comunidad bien informada acerca de todo cuanto hace la institución a su cargo. Esto se logra mediante las buenas relaciones con los comunicadores y medios a su alcance, lo que implica entregar a tiempo la información requerida, dar buen trato a los colegas, atendiendo sus requerimientos de orden informativo y facilitando el acceso a las fuentes con las citas y entrevistas, de modo que se respete el tiempo del periodista.
Si el jefe de comunicaciones tiene la facultad de manejar contratación publicitaria, por favor no discrimine, como hacen algunos, prefiriendo a unos y descalificando a otros. Esta práctica está haciendo carrera en Buenaventura en algunas instituciones del sector público y privado, y aquí no podemos permitirla.
Suficiente discriminación nos hacen afuera los jefes de comunicaciones, gerentes de mercadeo, de publicidad, en el sector público y privado, al igual que las agencias de publicidad. No se debe permitir que aquí, en el propio patio, vengan a discriminarnos, silenciando a los medios locales, los mismos a los que, en épocas de elecciones, todos acuden.
De otro lado, un jefe de comunicaciones que solo sabe de radio o televisión y redes sociales tiene una visión muy corta del oficio periodístico. Debe saber cómo funcionan los medios escritos como periódicos y revistas, que le apuestan a la profundidad en sus contenidos.
Además se ha vuelto común la soberbia entre algunos jefes de comunicaciones, que miran a sus colegas por encima del hombro, e ignoran sus solicitudes de información de la institución donde trabajan. Hay que rogarles porque para todo sacan una disculpa. En otras palabras, se convirtieron en burócratas que llegan al punto de retener las cartas, correos y solicitudes que se les hacen a sus jefes y directores.
Otros se creen dueños de la verdad promoviendo mentiras como que el pueblo no lee, luego los medios no son necesarios. A un comunicador que dijo semejante barbaridad le sugirieron que retirara a sus hijos del colegio porque, ¿para qué aprender a leer si ya nadie lo hace? No supo qué responder, pese a su soberbia, prejuicios y el pisoteo de su propia profesión.
¿Y ahora quién podrá salvarnos?
Por Jesús Agualimpia
Es la pregunta que se hacen muchos habitantes de Buenaventura a raíz de la situación que está atravesando la mayoría de la población por la falta de empleo e ingresos. Los rebuscadores deambulan en las calles de un lado para otro, muchos de ellos juegan chance, lotería y cuanta rifa se les aparezca, a ver si logran un golpe de suerte. De lo contrario no ven una salida para calmar su angustia y llevar el pan de cada día a la casa.
Esta era la situación de los bonaverenses hace un año, antes de la pandemia, imagínense lo que sucede hoy con las restricciones de la movilidad, los toques de queda, etc. Y adiciónenle a esto el terror de los grupos delincuenciales con sus conciertos de balas en las comunas del Distrito, sin Dios y sin ley.
Esta era la situación de los bonaverenses hace un año, antes de la pandemia, imagínense lo que sucede hoy con las restricciones de la movilidad, los toques de queda, etc. Y adiciónenle a esto el terror de los grupos delincuenciales con sus conciertos de balas en las comunas del Distrito, sin Dios y sin ley.
Porque como decía un vecino de Pampalinda al llamar a una emisora, “los delincuentes siempre han estado allí, hoy se hizo notorio porque entre ellos se pelearon y esto trascendió a la luz pública porque convirtieron los barrios en sus campos de batalla y el miedo y la zozobra se apoderó de sus habitantes, a tal punto que muchos salieron huyendo para resguardar su vida”.
Ahora bien, lo más seguro que puede pasar es lo que siempre ha hecho el gobierno nacional: enviar más pie de fuerza. Los militares llegan, capturan a algunos delincuentes, y listo. Esperamos que las autoridades locales se pongan las pilas para que acá no solo llegue la Fuerza Pública a sofocar el incendio, sino que apague el combustible que lo genera. Necesitamos planes de desarrollo reales, no en el papel, y el alcalde tiene una enorme responsabilidad.
Es hora de recuperar el terreno perdido en su popularidad con el ciudadano corriente, ya que nadie olvida su discurso el día de su posesión el 1 de enero del año 2020. Era un discurso ecuánime invocando a la verdad, la legalidad, la libertad, la paz y el derecho que tenemos de vivir con dignidad, pero por lo visto solo le bastó sentarse en la silla del despacho para olvidarse de aquellas palabras memorables.