LA ARROGANCIA DE LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS

No se sabe qué hay que hacer para cambiar la situación, a pesar de que tantas veces hemos escrito sobre el poder y la arrogancia. Es un mensaje reiterado a los funcionarios públicos, para recordarles que son servidores del pueblo, recomendarles que no atiendan a la gente como si ellos fueran los importantes, es el público el importante porque son los usuarios quienes, con el pago de los impuestos, garantizan sus salarios.
Sin embargo, continúa rondando la arrogancia del poder. Los funcionarios públicos no cumplen citas pactadas y tratan con indiferencia a los bonaverenses. ¿Cómo superar esto que se repite administración tras administración?
Aquí no podemos seguir siendo condescendientes con ese tipo de comportamientos de los funcionarios públicos. En el caso de los medios de comunicación, ni siquiera es fácil el acceso a ciertos secretarios para solicitar una información, verificar un dato, agendar una entrevista. Siempre la respuesta son largas al asunto. Que la otra semana, que vamos a ver, que el funcionario viajó, que está en reunión… y cuando por fin se pacta una entrevista o una reunión, no se cumple la cita. A veces pareciera más fácil entrevistar a Dios que charlar con algún funcionario de la Alcaldía.
Lo mismo sucede con el Concejo, la Secretaría de Tránsito, la Secretaría de Salud, el EPA, y otras entidades que mencionaremos en otra oportunidad.
Es indignante que traten de esta manera a los bonaverenses. Si así tratan a un reportero, al director de un medio informativo, ¿Cómo será al ciudadano de a pie? Sería pertinente hacer un sondeo sobre el trato que reciben los bonaverenses, con nombres propios de los funcionarios arrogantes e indiferentes con las necesidades del pueblo.
En fin: necesitamos con urgencia encontrar funcionarios comprometidos con la ciudadanía, no solo con los amigos y los conocidos. Hagamos un alto en el camino, por favor, para que se trate bien al ciudadano, sea quien sea, y pueda realizar de manera eficaz y a tiempo los trámites que requiere.
Esperemos pues que esto pueda mejorarse por el bien del pueblo de Buenaventura y para bien de los funcionarios que guían a la población.

Noticias que ya no son noticias

Le decimos noticia a lo que ya no es noticia. Anunciar, por ejemplo, que en Colombia se incautaron 20 ó 50 toneladas de pasta de coca o de marihuana, ¿qué efecto tiene ante el público si esta información se escucha diariamente?; ¿quienes son los interesados en esta noticia, los consumidores y vendedores de droga y los militares en ascenso, el gobierno para ganar imagen con los gringos? Lo cierto que al público corriente ni le va, ni le viene, porque esto es parte del paisaje cotidiano.
Aún no se entiende cómo en muchos lugares del mundo están legalizando la marihuana mientras que en Colombia se siguen perdiendo vidas por su incautación.
Noticias como el asesinato de líderes sociales, las masacres, los feminicidios y violaciones, por otro lado, ‘pan de cada día’ en Colombia, pierden importancia porque casi nunca capturan a los culpables, luego se vuelven parte del paisaje.
Los culpables de los delitos en este país por lo regular son los mismos: las bandas criminales de siempre, las disidencias de las Farc, o los llamados “grupos narco terroristas del ELN, que habitan en Venezuela con el patrocinio del dictador Maduro”. Con esas declaraciones, políticos y algunos medios gobiernistas resuelven todos los casos, y el pueblo ya está tan acostumbrado a escuchar siempre la misma respuesta, que ya no es noticia.
Noticias como la protesta de los indígenas, los afro, los campesinos, paperos y los estudiantes, pidiendo que el gobierno los atienda, o las madres comunitarias, esas deberían ser buenas noticias si el gobierno les atendiera, pero como eso no ocurre, la noticia pierde su importancia y pasa a ser otro hecho cotidiano.
En el Pacífico muchos asuntos de importancia ya no son noticia. Por ejemplo, la queja diaria que tienen los usuarios sobre la falta de agua potable. Son tantos años exigiendo ese derecho fundamental, que ya no es noticia una nueva protesta al respecto.
Tampoco son noticia las movilizaciones de indígenas, extrabajadores del municipio, las platoneras, los taxistas, porque esto sucede mínimo 3 ó 4 veces al mes. Igualmente, tampoco es novedoso la mala atención de los funcionarios públicos, pues estos, con algunas excepciones, olvidan que son servidores y como dice la frase, están para servir al pueblo, que es el que paga su sueldo.

El negro y su historia: una mirada a la afrocolombianidad

El próximo 21 de mayo de 2021 se conmemora un año más de la abolición de la esclavitud en Colombia. Son 170 años desde entonces, pero, ¿cuántos negros en este país saben que el 21 de mayo es el día más emblemático de nuestro pueblo? ¿Un 5, 10  o 20% de la población? Lo más preocupante es que este 21 de mayo vamos a cumplir  dos décadas de promulgada la Ley 725 para las comunidades negras y tampoco lo sabemos. 

Ojalá  no se repita la historia del Siglo XVIII. En 1851, cuando se abolió la esclavitud, 54 años después los negros no se daban por enterados que ya no eran esclavos. Y los esclavistas se aprovecharon de ello. Muchos esclavistas caucanos siguieron vendiendo negros al Perú y al Ecuador hasta 1905, y todo porque los negros no sabían que ya se había terminado la esclavitud. Claro que en aquel entonces no existía el teléfono, la radio, la televisión, mucho menos los celulares, ni el Internet. 

Y si hipotéticamente existieran estos medios en la época, los negros no tendrían acceso a los mismos por su condición de esclavizados. Recordemos que en los días de la esclavitud era prohibido que un negro aprendiera a leer o a escribir.  Si lo hacía, corría el riesgo de que le  mocharan la mano. Si aprendía a leer, podría terminar ciego. Los negros, al ver ese trato tan cruel hacia sus compañeros, renunciaban a educarse. 

Todo este contexto es para reconocer que en el Siglo XVIII los negros no contaban con las condiciones para liberarse de su condición de oprimidos. Hoy sin embargo muchas cosas han cambiado. El negro ya no es esclavo y tiene acceso a  los medios de comunicación para informarse. Sin embargo, la mayoría siguen desinformados sobre los asuntos fundamentales para el progreso. Esperamos que este mensaje contribuya a crear conciencia acerca de ello. 

Debemos recordar que el 21 de mayo de 2001, el presidente Andrés Pastrana firmó la Ley 725 que da el reconocimiento al 21 de mayo como el Día de la Afrocolombianidad, un reconocimiento al valioso aporte de esta etnia al país. La ONU, por su parte, declaró el decenio de los afrodescendientes entre 2015 y 2024.

La ley firmada por Pastrana dice entre otras cosas que cada municipio, distrito y departamento deben destinar de su presupuesto una partida equivalente al número de población afrodescendiente en su territorio para el desarrollo de esta etnia en planes de inversión que los beneficie en vivienda, salud, educación, generación de empleo, programas de desarrollo, deporte, cultura, arte,  recreación y otros. Así que una buena manera de recordárselo a los gobernantes es sacando la bandera de Colombia  este 21 de mayo, ubicándola en cada ventana o puerta, reafirmando así la identidad afro. 

Sobre los jefes de comunicaciones

Tenemos entendido que el papel de los jefes de comunicaciones en cualquier organización pública o privada es el de mantener a la comunidad bien informada acerca de todo cuanto hace la institución a su cargo. Esto se logra mediante las buenas relaciones con los comunicadores y medios a su alcance, lo que implica entregar a tiempo la información requerida, dar buen trato a los colegas, atendiendo sus requerimientos de orden informativo y facilitando el acceso a las fuentes con las citas y entrevistas, de modo que se respete el tiempo del periodista.

Si el jefe de comunicaciones tiene la facultad de manejar contratación publicitaria, por favor no discrimine, como hacen algunos, prefiriendo a unos y descalificando a otros. Esta práctica está haciendo carrera en Buenaventura en algunas instituciones del sector público y privado, y aquí no podemos permitirla.

Suficiente discriminación nos hacen afuera los jefes de comunicaciones, gerentes de mercadeo, de publicidad, en el sector público y privado, al igual que las agencias de publicidad. No se debe permitir que aquí, en el propio patio, vengan a discriminarnos, silenciando a los medios locales, los mismos a los que, en épocas de elecciones, todos acuden.

De otro lado, un jefe de comunicaciones que solo sabe de radio o televisión y redes sociales tiene una visión muy corta del oficio periodístico. Debe saber cómo funcionan los medios escritos como periódicos y revistas, que le apuestan a la profundidad en sus contenidos.

Además se ha vuelto común la soberbia entre algunos jefes de comunicaciones, que miran a sus colegas por encima del hombro, e ignoran sus solicitudes de información de la institución donde trabajan. Hay que rogarles porque para todo sacan una disculpa. En otras palabras, se convirtieron en burócratas que llegan al punto de retener las cartas, correos y solicitudes que se les hacen a sus jefes y directores.

Otros se creen dueños de la verdad promoviendo mentiras como que el pueblo no lee, luego los medios no son necesarios. A un comunicador que dijo semejante barbaridad le sugirieron que retirara a sus hijos del colegio porque, ¿para qué aprender a leer si ya nadie lo hace? No supo qué responder, pese a su soberbia, prejuicios y el pisoteo de su propia profesión.

De la crítica y la adulación

Entre las características que le permiten a un gobernante escribir su nombre en las páginas gloriosas de la historia, está la vocación de servicio, la capacidad de gestión, la gobernabilidad y el liderazgo. Pero, a estas condiciones hay que agregarles la voluntad y la capacidad de concertar y recibir las buenas críticas con entereza e inteligencia, para transformarlas en oportunidades de mejoramiento.

Es en este sentido donde muchos de nuestros dirigentes han fallado y continúan fallando. Nunca asumen el lado positivo de la crítica y por eso, quienes se atreven a disentir se convierten en sus enemigos. Al parecer, muchos de los gobernantes del Pacífico aún están convencidos de que la adulación es la mejor música para sus oídos.

Se olvidan de la sabiduría de nuestros ancestros, quienes aseguraban que amigo es aquel que te dice la verdad de frente. Desde este medio así lo hemos hecho y no abandonaremos nuestra posición crítica. Con respeto, pero anteponiendo los intereses de la comunidad al personalismo. No nos anima otro deseo que contribuir al bienestar de nuestra gente. Esa es nuestra única razón de ser.

Estamos del lado de quienes trabajan por el desarrollo de nuestro pueblo y dispuestos a unir fuerzas para llevar el barco a buen puerto. Nos oponemos a cualquier forma de revanchismo. Somo hijos de este litoral y como tales, trabajamos en pro de su desarrollo.

Tenemos que olvidar los personalismos y dedicar nuestra inteligencia y nuestras fuerzas para salir de este abandono ancestral, unidos en la condición de corraciales.

El poder y sus riesgos

Por Jesús Agualimpia – Director de Pacífico Siglo XXI

En la vida hemos visto, leído y escuchado muchas clases de poder y he llegado a la conclusión que el único poder eterno es el de Dios, el resto son efímeros,  pasajeros.

En la historia de  los seres vivos siempre se ha ejercido el poder. Nerón definía el poder como el encanto del sonido de una lira. Cristo lo definía como la fuerza de la palabra.  El Mahatma Gandi lo definía como la capacidad de persuasión; Martín Luther King lo definía como la fuerza de voluntad.

El boxeador Mohamed Alí, por su parte, decía que el poder estaba en la fuerza del movimiento; Napoleón, que en la estrategia. Julio Iglesias asegura que en el encanto.  Diego Luis Córdoba, decía que su poder estaba en su inteligencia.

Malcom X, en su último discurso en Harlen, le decía a los jóvenes que en Norteamérica existían dos clases de poder: el político y el económico y estos a través de la historia han dominado y divido  a la humanidad. Aseguraba el líder Afroamericano que sin estos poderes los negros no podían avanzar y para logra los era necesario el uso de cualquier método, empezando por la educación, para adquirir conocimientos y con ello, el respeto a nuestros semejantes.

Ante estas palabras de un líder de la talla de Malcom X surgen otros interrogantes: ¿Nuestros dirigentes saben qué significa el respeto a sus semejantes? ¿Saben qué significa el poder y lo efímero del mismo? ¿Será que olvidan que fueron elegidos por el pueblo y que a él volverán al terminar su período? ¿Será que no saben el valor que tiene una mentira y la repiten con tanta facilidad? ¿Por qué será que se dejan manejar como títeres por tantas leyes extranjeras? ¿Para qué se utiliza el poder en Colombia, para ejercerlo en la parroquia?

Para demostrar su capacidad de amedrentar, amenazar, juzgar; presionar, acosar, exhibir, hacer demostraciones de fuerza, mostrar indiferencia, ser indolente, inhumano e insensible del dolor ajeno; también se ve el poder para destruir lo construido y para humillar, dar falso testificaciones y utilizar a las personas. Hay otros que lo usan para construir, mejorar, rescatar e influir positivamente ejerciendo liderazgo para desterrar el abandono y conseguir la paz.

Recuerdos de La Tunda

Por Jesús Agualimpia – Director de Pacífico Siglo XXI

Era una noche de viernes, de luna llena. Los muchachos de la cuadra se divertían con la libertad, la lleva y el escondite, juegos tradicionales de la época, a falta de televisión, que, entre otras cosas, tampoco hacia falta, porque no había energía eléctrica.

Las casas eran alumbradas con velas, lámparas de petróleo y pistolofones. La luna y las linternas que usaban los transeúntes iluminaban las calles. De pronto se escuchó un grito en el barrio La Carretera, en la entrada al cementerio.

— ¡Se la llevaron! ¡Se la llevaron! — gritaba alguien con una angustiosa voz. Los juegos se detuvieron, para tratar de identificar la voz que gritaba desesperada. Era Mamoa, la hermana de Chalino, quien aseguraba que a su hija se la había llevado La Tunda. Rápidamente se corrió la voz en todo el barrio.

De inmediato empezó la aglomeración de gente en torno a Mamoa, lamentando su dolor y luego.

— ¡Hay que llamar a los padrinos de la niña!— Exclamó con autoridad Fidelino, un viejo patriarca que se ganaba la vida rajando leña. Al momento aparecieron los padrinos y los músicos del barrio para tocar la tambora y los platillos, en compañía de las cantaoras, los pregoneros. Otros, en tanto, sacaron velas encendidas, pistolofones, agua bendita y machetes para rozar monte adentro.

Junto a los padres de la niña se inició la apresurada búsqueda, con el temor de que la luna se escondiera y con ella la luz que iluminaba el camino. Mientras tanto, los pequeños como yo, que teníamos entre 8 y 10 años, no sabíamos qué hacer, nerviosos y asustados por no comprender lo que ocurría. No queríamos quedarnos en casa, porque todos los mayores se iban en la legión de búsqueda.

Me uní a la caminata con otros pequeños. Los nervios se me quitaron cuando empezaron los primeros golpes de la tambora y el canto de los pregoneros. Caminamos monte adentro. Al momento no entendí los cantos y pregones, más tarde mi madre me explicaría que eran del legado africano, para ahuyentar a La Tunda.

Habíamos caminado por cerca de cuatro horas y los platillos y tamboras no dejaban de sonar. De repente la música se detuvo. Habían encontrado a la niña. Al pie de un árbol, Raquel, como se llamaba la chica, estaba amarrada con bejucos al pie de un árbol, con la mirada perdida por el susto y su piel lacerada por arañazos.  Raquel nunca quiso hablar del tema. Lo que si recuerdan los vecinos es que nunca más volvió a ser grosera con sus padres.

El turismo, la cultura y el deporte son la salvación del Pacífico

Está comprobado que a los pueblos del Pacífico el progreso solo llegará cuando sus gobernantes tengan conciencia que para avanzar hay que pensar colectivamente. Si seguimos pensando que esto es a partir de esfuerzos individuales, no llegará el desarrollo. Ya son más de 500 años que llevamos habitando estas tierras y seguimos por debajo de la línea de pobreza, solo superada a la de algunos pueblos africanos, Haití y otros de América.

Ya muchos lo han dicho, escritores, políticos, educadores, académicos: con el potencial que tenemos debiéramos ser una zona de constante actividad, no por cosas malas sino por la construcción de pensamientos colectivos que permitan lograr objetivos a largo plazo. El ejercicio que se hizo con el Plan de Desarrollo integral de la costa Pacífica tuvo frutos importantes a pesar de no haberse concluido. Miremos algunas ventajas y beneficios que tendríamos si trabajamos en equipo.

Turismo: para que el turismo logre el desarrollo deseado el primer paso debe ser unirse en torno a su causa. ¿Se imaginan que se creara la Corporación de Turismo del litoral, que aglutine a los cuatro departamentos, cada uno con su inventario turístico para ofrecerlo a Colombia y al mundo?

Deporte: del Pacífico han salido los mejores deportistas de Colombia.  Basta con mencionar a Marino Klinger, Delio Maravilla Gamboa, María Isabel Urrutia,  Freddy Rincón, Willington Ortiz, entre muchos más.  Tenemos la mayor cantera para la formación de atletas de primer nivel en fútbol, baloncesto,  voleibol,  atletismo, boxeo. Esto amerita construir una alianza entre los dirigentes de los cuatro departamentos del Pacífico para solicitarle al gobierno nacional la construcción de escenarios deportivos y escuelas de formación. De esta manera nos convertiríamos en despensa de deportistas de talla mundial, otra fuente de progreso.

Cultura: en esta área vale la pena hacer un gran paréntesis. Nosotros somos cultura por naturaleza debido a nuestros ejes de identidad. En ese sentido tenemos mucho por ofrecer. En el canto, en el baile, en la música, en la pintura, en la poesía, en la construcción de instrumentos musicales.

Además, tenemos muchas fiestas en los cuatro departamentos, la más importante es la de San Pacho en Quibdó. Y qué decir del Petronio Álvarez, el festival de música más importante de América.  También contamos con las fiestas patronales de Buenaventura, y a ello hay que agregarle una gran riqueza histórica y gastronómica. Son potencialidades que si las trabajamos en colectivo, también abren caminos para el progreso que anhela el Pacífico.

El negro aún es visto bajo la lupa del blanco

A pesar de todos los obstáculos de diversa índole, el Mundial de Fútbol 2010 se realizó en Sudáfrica. Hubo toda clase de pretextos y protestas de empresarios, patrocinadores, federaciones, medios de comunicación, deportistas, gobernantes para que dicho evento no se llevara a cabo.

Unos manifestaban que Sudáfrica nunca ha ganado nada en el fútbol; que era un país muy atrasado, lleno de guerras; que no tenían la infraestructura ni escenarios deportivos suficientes, ni hoteles, ni carreteras, ni vehículos, ni personal actos y preparados para atender al público que llega a eventos como este.

Pero a pesar de todo esto, contra viento y marea, Joseph Blatter, presidente de la Fifa, se sostuvo en lo dicho y el Mundial 2010 se realizó en África.

Esta actuación de Blatter deja varias lecciones. Una de ellas es que cuando se quiere, se puede. Y la segunda es que el racismo o la discriminación racial a los negros en el mundo, sólo se acabará en la medida en que el blanco baje la guardia de la discriminación o el mismo blanco decida combatirla. Ejemplos como este abundan a lo largo de la historia. Miremos casos puntuales en donde el blanco ha permitido acceso a los negros, casos como los premios Nobel de Paz, que al merecerlos algunos negros, ha funcionado más la conciencia y la reflexión del blanco. Casos como el premio Nobel de Martín Luther King, Nelson Mandela o el más reciente: Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, el caso más claro de tolerancia blanca a favor de los negros.

Claro que cuando se trata de guerra de negros contra blancos, las batalla han sido descarnada y generalmente duran mucho tiempo hasta que el blanco decide hacer un alto. Es como el apartheid de Sudáfrica en contra de los negros. Los blancos no fueron los que cedieron, los negros fueron los que los tenían asediados y aunque los blancos mataban muchos negros, éstos empezaron a darles de baja y a destruirles los bienes como fábricas, minas, oleoductos y otros que eran propiedades de los blancos.

Algo similar sucedió en Haití contra el ejército de Napoleón, que fue vencido por Henri Cristofer y Dessalines en Puerto Príncipe. Y qué decir de la guerra en contra de la esclavitud en Norte América, en Colombia y en otros países de América.

No existe un solo país del mundo donde existan negros que no hayan ganado su libertad. Otra cosa es el ejercicio del poder en el cual el negro, así gane la guerra y las elecciones, le toca pasar por el retén del blanco y éste allí le gana la batalla. Ejemplo claro es que el Gobierno Nacional, solo hasta cuando quiso, nombró a una ministra negra en el Ministerio de Cultura. De igual forma sucedió con el reinado de Cartagena. Cuando el blanco quiso, después de 65 años, una reina negra fue elegida. Así ha sucedido en todo. El día que el blanco quiere nombrar varios ministros, embajadores o funcionarios de alto rango que sean negros, lo hará. El negro, en la actualidad, no depende de sí mismo. Depende de lo que disponga el blanco. Hay que despertar.

¿Qué es el racismo?

Hay muchas personas que practican el racismo,  a veces de manera consciente, otras inconsciente. Por estos días, con motivo del Día de la Africolombianidad el pasado 21 de mayo, analizamos el tema:
¿qué es el racismo?
Según  el escritor Albert Memmi, el racismo es la valoración negativa y generalizada de unas diferencias de tipo físico o cultural, reales o imaginarias, en beneficio del que acusa y en detrimento de su víctima, con el fin de justificar sus privilegios o su agresión, representada en marginación, explotación o aniquilamiento. También es una teoría que afirma la existencia de razas humanas superiores a las que deben someterse las demás consideradas como raza inferior.
¿Cómo se manifiesta el racismo?
A través del prejuicio. Es el parecer desfavorable que no responde al cabal conocimiento de las cosas, una equivocada persepción negativa  de las  particularidades físicas, históricas, culturales o económicas observadas en ciertos grupos humanos. Quien se deja llevar por el prejuicio, asume estilos de conductas que acentúan las divisiones, fomentan las hostilidades y exacerban los conflictos en el seno de la comunidad. El prejuicio genera recelos y animadversión hacia el grupo racial determinado.
¿Qué es la discriminación?
Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad,  por motivos de origen étnicos, religión, política, etc. Es una injusticia que se da cuando en el plano de lo jurídico,   un derecho resulta reconocido o negado en consideración a condiciones o circunstancias distintas al hecho estricto de su titularidad. Las discriminaciones, por motivos de características físicas, constituyen un  atentado contra la dignidad humana. El racismo valora a un grupo étnico como biológicamente inferior, atribuyendo a sus integrantes limitaciones, carencias, defectos y vicios que provocan en las masas el temor y el rechazo.
¿Qué se entiende por segregación?
Es la práctica de separar por pretendidas razones de conveniencia pública, grupos étnicos que conviven dentro de un mismo país,   prohibiendo a los miembros de  uno de ellos el acceso o disfrute de ciertos lugares  y servicios que se destinan  de modo exclusivo a los miembros del otro.
Apartheid
Es un sistema de segregación racial o étnica,  practicada en el sur de África y en muchos lugares de Colombia en el siglo pasado,  como en Andagoya, Chocó. Allá los gringos dividieron el  pueblo en dos: lado de los blancos y lado de los negros.  Esto también se dio en Barbacoas y Timbiquí. El apartheid en Sudáfrica fue desde 1913 hasta 1990,  soportado en la tesis según la cual los blancos han sido quienes han creado las riquezas  y, en consecuencia, corresponde a ellos su disfrute.