¿Por qué el Sida? (I)

Por Eduardo R. Stanford

El Ser Supremo creó a la especia humana dotándola de un cuerpo sano, vigoroso y armónico. Sin embargo, en el momento actual, las enfermedades parecen compañeras inseparables de las personas. Estamos siendo víctimas de enfermedades incluso irreversibles que nosotros mismos hemos creado.

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida – Sida ¬– ha sido el más grande rompecabezas que haya tenido la ciencia médica y sobre su origen se han hecho toda clase de suposiciones. Inicialmente se concluyó que lo mejor para prevenir el contagio del virus ere la relación sexual con una pareja estable o vivir en monogamia. Pero luego se oficializó el uso del preservativo o condón.

A ello se le hizo publicidad con la figura de dos pollitos donde la hembra dice enfáticamente: “sin preservativos, ni pío”. ¿Pero el preservativo sí evita el virus que causa el Sida? Lo curioso es que al observar un condón con un ultra microscopio se pueden ver diminutos orificios que dan la impresión de mirar la televisión con la señal lluviosa.

Cuando el hombre eyacula dentro de la vagina hay una contracción nerviosa  y en el acto el pene sufre un movimiento peristáltico con el cual adsorbe cierto fluido etérico del sexo opuesto. Igual sucede en la mujer cuando tiene un orgasmo, en cuyo caso la reacción peristáltica se da en el clítoris.

Con el uso del condón el fenómeno de absorber el fluido etérico al llegar al clímax es igual y puede haber contagio del VIH. Si la persona que se le absorbe el fluido etérico es portadora del virus del Sida, podemos decir que el condón es seguro contra toda enfermedad de trasmisión sexual menos contra el virus que produce el Sida, a no ser de que la persona tenga la testosterona o la progesterona  en perfecto equilibrio.

Si el individuo tiene desequilibrada estas hormonas puede ser fácilmente contagiado por el VIH en una relación aunque use condón. Pero si el individuo tiene el natural equilibrio de la testosterona  (en el macho) y progesterona (en la hembra) difícilmente  es contagiado por la persona con la que copula, si esta es portadora del virus del Sida. Sobre las citadas hormonas ya hablé a fondo en mi artículo ‘El origen del homosexualismo’.

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