La guía de aprendizaje es un documento diseñado por el docente para que el estudiante pueda organizar y planificar la evolución de su aprendizaje. Esta guía debe estar estructurada con orientaciones precisas, permitiendo al estudiante comprender su importancia y organizar sus tiempos y espacios para cumplir con las tareas propuestas.
La guía de aprendizaje debe responder a lo estipulado en el plan de estudios y debe promover estrategias pedagógicas innovadoras que privilegien el aprendizaje, la motivación, la adquisición de nuevos conocimientos, su práctica y aplicación, así como la utilización de otros recursos didácticos que faciliten la participación de la familia en la construcción del conocimiento. Entonces, los componentes de una guía de aprendizaje, en esta época de pandemia por el covid-19, son:
Encabezado: donde se establece para cada guía de aprendizaje el nombre del área o asignatura, grado, nombre del docente y número de contacto, hora y días de atención para padres y estudiantes, fecha de emisión de la guía, duración en horas del tiempo estimado para desarrollarla, fecha para el envió de actividades.
Instrucciones: donde se especifican las pautas requeridas para mayor claridad en el manejo de la información.
Propósito de la clase: es la aspiración que orienta el quehacer educativo y que expresan los objetivos que se quieren conseguir. Los propósitos permiten tener claro el dónde, para qué, el qué, el cómo del proceso pedagógico; el sentido y finalidad que se pretende alcanzar.
Indagación: es una estrategia de enseñanza en la cual se provee un espacio para que los estudiantes construyan su propio conocimiento, para ello el docente ambientará una temática mediante acciones previas como la presentación de situaciones a través de textos, imágenes, videos y otras actividades que motiven a los educandos a establecer una primera aproximación con el contenido.
Conceptualización: Adriana M. (2019) afirma que la conceptualización surge de los conocimientos generales que se poseen sobre diversos temas. Por tanto, la conceptualización implica el desarrollo, construcción y ordenación de ideas que han sido obtenidas a partir de la experiencia y de la comprensión de aquello que nos rodea. En ese sentido, al conceptualizar se refleja la habilidad de cada individuo para analizar, desarrollar y organizar coherentemente diversos conceptos.
Aplicación y evaluación: en la aplicación (el saber hacer), es necesario retomar el concepto de competencia, el cual se define como la capacidad, habilidad y destreza que desarrolla un estudiante en cuanto a cómo aplicar en el contexto los conocimientos adquiridos, permitiéndole de esta manera resolver situaciones diversas. La evaluación de otro lado es el mecanismo que permite conocer la evolución y alcance de los aprendizajes y de ser necesario, adoptar otras acciones alternativas de refuerzo para garantizar que se alcanzan los conocimientos pactados.
(@aldevelasco)