Entre las características que le permiten a un gobernante escribir su nombre en las páginas gloriosas de la historia, está la vocación de servicio, la capacidad de gestión, la gobernabilidad y el liderazgo. Pero, a estas condiciones hay que agregarles la voluntad y la capacidad de concertar y recibir las buenas críticas con entereza e inteligencia, para transformarlas en oportunidades de mejoramiento.
Es en este sentido donde muchos de nuestros dirigentes han fallado y continúan fallando. Nunca asumen el lado positivo de la crítica y por eso, quienes se atreven a disentir se convierten en sus enemigos. Al parecer, muchos de los gobernantes del Pacífico aún están convencidos de que la adulación es la mejor música para sus oídos.
Se olvidan de la sabiduría de nuestros ancestros, quienes aseguraban que amigo es aquel que te dice la verdad de frente. Desde este medio así lo hemos hecho y no abandonaremos nuestra posición crítica. Con respeto, pero anteponiendo los intereses de la comunidad al personalismo. No nos anima otro deseo que contribuir al bienestar de nuestra gente. Esa es nuestra única razón de ser.
Estamos del lado de quienes trabajan por el desarrollo de nuestro pueblo y dispuestos a unir fuerzas para llevar el barco a buen puerto. Nos oponemos a cualquier forma de revanchismo. Somo hijos de este litoral y como tales, trabajamos en pro de su desarrollo.
Tenemos que olvidar los personalismos y dedicar nuestra inteligencia y nuestras fuerzas para salir de este abandono ancestral, unidos en la condición de corraciales.